Cartas de Elisabeth d'Ornano

El principito y su rosa

El cuento del Principito es una delicia, Antoine de Saint Exupery encontró su niño interior cuando apareció en su vida el Principito, su pureza de espíritu le emocionó. Al final cuando vuelves a la sencillez das con tus respuestas porque a veces pensar como un adulto va en contra de la sabiduría. ¿Cómo ves tu las cosas cuando te detienes?

En el cuento lo que destaca para mi es la importancia de cuidar de alguien. El principito quiere a su rosa, le ha dedicado tantos cuidados que es única para él. Cuida de ella y de su planeta pero un buen día se encuentra ignorante y va en busca de conocimiento a la tierra encontrándose con StExupery. A este, al principio le cuesta entender la sencillez del mundo del principito pero el niño es tan entrañable e interesante que derrumba sus barreras.

Esto me recuerda a mi padre, construyo mucho pero con gran corazón, era como un niño, tenia ego que le motivó en su vida pero sabía destacar a la gente no solamente a si mismo, creo muchos lazos positivos. Un familiar mío que tuvo un TDHA se parece a él, mi padre me decía este chico tiene carisma es capaz de venderte cualquier cosa, es abierto hacía los demás, llegará muy lejos.

El tiene ahora veinte años, maneja bien tanto sus estudios como sus practicas, va viento en popa, pero sigue madurando a su ritmo y va construyendo su autoestima. Hace un tiempo le decía que gracias a su dificultad durante unos años monté este proyecto y hemos podido conversar a través de este medio con cerca de un millón de personas que han podido identificarse con su semilla inicial. Cuando tu familia es tu prioridad es muy posible que el desenlace te sorprenda, es tu jardín de rosas personal, hay que regarlo con amor y tener claro la presencia de las virtudes para destacarlas.

Elisabeth d´Ornano

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